Hoy, voy a hablaros un poquito de la crisis...
Personalmente, aunque es
posible que haya quien no esté del todo de acuerdo, me alegro de esta crisis,
porque venir, iba a venir al fin y al cabo, y mejor ahora que cuando sea
demasiado tarde. Es un buen momento para cambiar, a veces hay que llegar a lo
más hondo para volver a remontar, pero no como dice la economía convencional,
con ese chiste de que la economía es cíclica y otros convencionalismos clásicos
demasiado abstractos para ser reales.
Actualmente nos encontramos no solo en
una crisis económica y social, sino también de valores, nos encontramos en un momento
complicado porque nos hemos dado cuenta de que el ser humano, tan inteligente
como ningún otro ser, se ha convertido en el esclavo del sistema que él mismo ha
creado. Este sistema que hace que vivamos como productos diseñados para la
producción de más y más utensilios, que finalmente no producen felicidad, sino
explotación y calamidad. Porque necesitamos dinero, porque si no, no podremos
comprarnos un portátil para la universidad ¿no?, pero ese portátil, con su
maravilloso coltán, al otro lado del mundo produce tantísima miseria, que
quizás si hiciéramos turismo tan solo un minuto allí donde se creó, quizás entonces,
no querríamos un pc, sino un huertito apartado de este mundo loco que nos dé de
comer. Y estoy tan segura de ello porque creo en la bondad, en que los actos
malos se producen por inconciencia y no por maldad. Por eso mismo tú, siendo
realmente una buena persona, eres un contribuyente de la explotación y el
maltrato, al igual que yo, pero ya va siendo hora de despertar, y poner sobre
la mesa aquellos tantísimos actos, que cada uno de nosotros hacemos, que
contribuyen tan fantásticamente a todo lo que cada día criticamos:
contaminación innecesaria, maltrato animal, explotación laboral…, para luego
poder cambiarlos.
El problema está, en que parece que hemos olvidado, que
al igual que todo lo inventado por el hombre, la economía está para la mejora
de la vida, que muchas veces se traduce en un incremento del capital para
mejorar la calidad de vida… pero que muchas otras, de forma bastante poco
lógica y poco cuestionada, se convierte en una colección de estampas (dinero),
con el único fin de lograrlas todas, sin saber ni siquiera por qué ni para qué.
A mi entender muchas de las
políticas están mal. Y no porque, como muchos dicen, los gobernantes sean
víboras que quieren más y más… sino porque hemos llegado a creer, que podemos
mejorar, en el sentido de un incremento del capital, de forma indefinida. El
problema está en que todo en esta vida es finito, y que por el camino que
vamos, no es que sólo vaya a incrementar la desigualdad, sino que llegará un
momento en el que este globo que se hincha sin descanso explote, y nos salpique
a todos, también a los que se encuentran arriba. Somos unos seres maravillosos,
pero también insignificantes, que pensamos poder dominar el mundo, pero sin
darnos cuenta, somos nosotros mismos los que nos estamos destruyendo bastante rápido.
Como de forma muy interesante
expone el artículo “Estados Unidos en vía de
subdesarrollo”, el Estado de Bienestar de los países mejora hasta llegar
un punto en el que empeora, es la ya conocida idea del decrecimiento, así,
llega un momento, en el que tecnológicamente, industrialmente, etc. estamos tan
“desarrollados” que los ciudadanos dejan de ver mejorar su calidad de vida para
verla empeorar. Así se propone la ya conocida idea del “decrecimiento”, de
manera, que para poder mejorar la calidad de vida de todos, hay que cambiar los
hábitos más desarrollados (mejoras tecnológicas, producción en masa, trabajos
sumamente especializados y pocos artesanales, etc.) por hábitos más primitivos,
pero más sostenibles para todos. Además,
de forma bastante surrealista, al fin y al cabo reducimos nuestra felicidad al
consumo, todo se basa en eso. Pero si cada vez consumimos más, y encima cada
vez somos más, entonces en alguna parte del mundo habrá quién tenga que
consumir menos. El problema está en que por consumir nosotros más de lo que
necesitamos, otros no pueden consumir el mínimo que necesitan, y todo esto pasa
sin que muchos de los ciudadanos de a pie se percaten de ello.
Y ahora dime, ¿qué estás dispuesto a cambiar de tus lujosos hábitos de vida, para lograra un mundo mejor para todos y no solo para unos pocos?